La única formula de inmortalidad conocida hasta el momento reside en el recuerdo de las personas que dejaremos atrás algún día.
Viviremos siempre en la memoria de los que nos dieron la vida y en la de los que demos nosotros después. No hace falta mucho para eso, con nacer basta.
Pero para aquellos que iremos encontrando a lo largo de nuestro camino va a depender de nuestro trato con ellos, del suyo para con nosotros, de los sentimientos, de los miedos, de la admiración, de muchas cosas…algunas difíciles de explicar.
Teníamos en el trabajo un cliente de toda la vida, con un trato personal y profesional tan grato que se le consideraba mas bien amigo. Era propietario de una empresa familiar seria y solvente. Siempre que podía iba orgulloso acompañado de su mujer a la que recuerdo siempre con una callada timidez.
Un día vino a anunciarnos que tenía una terrible enfermedad que por supuesto iba a superar. Lo dijo con esa humildad propia de las personas que no quieren llamar la atención más que lo necesario. Me acuerdo como si fuera reciente y mas el día que volvió para decirnos que se moría, que la empresa quedaba a cargo de sus hijos, demasiado jóvenes. Como favor personal pidió que tuviéramos paciencia con ellos.
Ha habido personas en mi vida que me parecían tan imprescindibles que pensé que permanecerían siempre en ella y no solo desaparecieron, sino que además tengo que hacer verdaderos esfuerzos para revivir escenas, palabras y ya no te cuento sentimientos.
Sin embargo cada vez que me viene a la memoria este hombre, inmediatamente siento la misma admiración y cariño que cuando estaba frente a mi. De eso me acuerdo cuando trato con los hijos, intermitentemente impertinentes y con su mujer, que paso de ser callada a ser una grulla insoportable y saco a relucir la paciencia que su padre nos pidió.
Viviremos siempre en la memoria de los que nos dieron la vida y en la de los que demos nosotros después. No hace falta mucho para eso, con nacer basta.
Pero para aquellos que iremos encontrando a lo largo de nuestro camino va a depender de nuestro trato con ellos, del suyo para con nosotros, de los sentimientos, de los miedos, de la admiración, de muchas cosas…algunas difíciles de explicar.
Teníamos en el trabajo un cliente de toda la vida, con un trato personal y profesional tan grato que se le consideraba mas bien amigo. Era propietario de una empresa familiar seria y solvente. Siempre que podía iba orgulloso acompañado de su mujer a la que recuerdo siempre con una callada timidez.
Un día vino a anunciarnos que tenía una terrible enfermedad que por supuesto iba a superar. Lo dijo con esa humildad propia de las personas que no quieren llamar la atención más que lo necesario. Me acuerdo como si fuera reciente y mas el día que volvió para decirnos que se moría, que la empresa quedaba a cargo de sus hijos, demasiado jóvenes. Como favor personal pidió que tuviéramos paciencia con ellos.
Ha habido personas en mi vida que me parecían tan imprescindibles que pensé que permanecerían siempre en ella y no solo desaparecieron, sino que además tengo que hacer verdaderos esfuerzos para revivir escenas, palabras y ya no te cuento sentimientos.
Sin embargo cada vez que me viene a la memoria este hombre, inmediatamente siento la misma admiración y cariño que cuando estaba frente a mi. De eso me acuerdo cuando trato con los hijos, intermitentemente impertinentes y con su mujer, que paso de ser callada a ser una grulla insoportable y saco a relucir la paciencia que su padre nos pidió.
Cuadro que ilustra este post: I. d’immortalitat (I de inmortalidad). 1987. de Manuel Boix
23 comentarios:
Es increible, pero a lo que mas miedo tiene una persona cuando está proxima su muerte, es que la gente que le rodee cuando eso suceda, no le conozcan, no sepan su nombre, no sepan reconocer el miedo que sienten y no les agarren de la mano.
Tienen miedo a ser olvidados incluso antes de haber muerto, de que nadie conocido les de el ultimo adios.
Y eso, lamentablemente ocurre a diario en los hospitales, y cuando, por desgarcia, tengo que ser presente de una muerte tan triste, no puedo evitar sentirme culpable, por no ser capaz de recordar el nombre de esa persona, ni mucho menos quien fue.
Es triste que nadie te recuerde cuando has fallecido, pero es desolador que te hayan olvidado cuando aun estabas vivo.
Rosa, tienes razón, la soledad es un agravante cuando vemos que la muerte está cerca. Pero queda la esperanza que puede que quien menos te lo esperas te recuerde siempre.
Un abrazo
Hace tiempo que no escribo, pero hoy voy a hacerlo pues sí hay motivo.
Sobre lo escrito por Nur añadir que se cumple a rajatabla el dicho de "el muerto al hoyo y el vivo al bollo". Nadie es como el que era.
Sobre lo que escribe rosa vanidosa en el último párrafo decir que sí, que el olvido cuando estás vivo es peor que la propia muerte, ya que es una tortura sin final de las que pides la muerte cada día.
Y si molesto, perdonen.
Bonito texto, te felicito.
Un beso,
Pascal
Gracias Pascal, por cierto, felicidades por tu página. Está quedando muy bien.
un beso
Aunque hay algo que va mucho más allá que el olvido voluntario, y es el desprecio público y premeditado cuando es para autojustificarse el que desprecia.
Muy buenas tardes y perdonen las molestias como antes he dicho.
El toca00
Me he montado en mi ala delta, y el viento me ha traido hasta aqui de nuevo...¡ahí va! traigo los bolsillos vacíos, te dejaré un beso y fuerte abrazo, que aunque no te compensen a mi me darán algo más de vida...
Cuando hice mi ultimo post, pensaba en una amiga mia que está hecha un lio, porque dice, no quiere que su vida sea mas dificil que la de cualquiera por las decisiones que tome.
Yo tampoco he sentido miedo, pero se que hay gente que si, por eso queria dedicarles a ellas/ellos el post, para que piensen, si de verdad merece la pena no ser fiel a uno mismo.
Hola Nur, tu comentario me ha sorprendido gratamente y he regresado aquí, aun no he podido investigar a fondo tu blog pero lo q he leido me ha encantado, me pareces muy ingeniosa y me encanta la estética que usas, además no puedo evitar sentir cierta empatia al llegar aquí, fijate que tu tema "vivir para siempre" y el de orlando tb son paralelos, igual que el nombre escogido para nuestros blogs, :)quizá estemos en momentos parecidos de la vida, así que te sonrío en el camino y te deseo toda la suerte posible y sabiduría xa usarla.
Y sobre esto solo puedo agregar que la sensación de permanecer es tan absurda como si un grano de arena pretendiera estar siempre en el mismo sitio... somos cambio, aquellos que hoy nos recuerdan tb serán olvidados, nada permanecerá, sólo importa lo que sientes ahora.
Rosa y Vihima, muchas gracias por vuestra visita. Un beso
Que lindo, gracias por compartirlo con todos :)
Creo que según como llevemos nuestra vida, de lo que hagamos por nosotros y por los demás, de nuestro comportamiento, de nuestra generosidad para dar, es lo que viviremos en el recuerdo de otras personas.
Lindo texto, llama a reflexionar...
Excelente artículo, para dejar pensando...
Muy lindo el artículo!!
Que lindo lo que pusiste, te deja pensando, ojalá pudiera dejar una huella positiva en la gente para que tengan un lindo recuerdo mío.
Yo soy de los que piensa que con haber conseguido que alguien te haga caso, que siga tus pasos, convencer a alguien de algo, de lo que sea, pero dejar tus ideas antes de morir, solo con eso es mas que suficiente.
muchas gracias por compartir este bello escrito. da mucho gusto poder leer estas cosas
muchas gracias por compartir este bello escrito. da mucho gusto poder leer estas cosas
Creo que la inmortalidad de las personas está en la descendencias que deja y en el recuerdo que dejan también.
No es fácil llevar una vida en la que después de muertos muchos nos recuerden con cariño y que no sean nuestros seres más cercanos.
Nunca lo había pensado de esa manera, pero que lindo pensar en la inmortalidad como el recuerdo que dejemos cuando ya no estemos.
Estoy de acuerdo que uno vive para siempre en el pensamiento de nuestros seres queridos!
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